sábado, 28 de julio de 2018

Ulises Francisco Espaillat Quiñones

Ulises Francisco Espaillat Quiñones


Nació el 9 de febrero de 1823. Fueron sus padres Pedro Ramón Espaillat Velilla y María Petronila Quiñones.

En su niñez y adolescencia recibió lecciones de inglés, francés, matemática y otras disciplinas, también estudió música. Todo esto, en el terreno de las limitadas posibilidades de la educación escolar que vivía el país bajo la ocupación haitiana de entonces.

Recibió más tarde lecciones de medicina de parte de su tío paterno el doctor Santiago Espaillat.

En los primeros años de la década de 1840, estableció una farmacia conocida para la época con el nombre popular de “botica”.

Proclamada la Independencia Nacional y establecida la República para el año 1848, comenzó su carrera política la que terminaría el día de su muerte.
Participó de manera importante, en todos los acontecimientos y episodios patrióticos y políticos que se sucedieron en la vida del pueblo dominicano, al que dedicó los mejores años de su existencia y el gran caudal de conocimientos que acumuló debido al interés por el estudio y la práctica permanente de la actividad política.

En 1849 fue uno de los promotores del apoyo a Pedro Santana en contra del comportamiento irresponsable del presidente Manuel Jiménez, que con su indisciplina había “puesto la Patria en peligro”.

En 1854 participó como diputado en el Congreso “Revisor de la Constitución”, y formó parte de la comisión redactora de la nueva Carta Sustantiva. Obligado por las circunstancias firmó el Acta de Anexión a España en 1861, pero ya en 1863 cuando la llamada “Zaragata” o “desorden”, iniciado en la Línea Noroeste, estaba en contacto con los patriotas auspiciadores del movimiento restaurador.

Fue hecho prisionero por las autoridades españolas y condenado a diez años de expatriación, más tarde fue indultado y al finalizar el proceso de la Restauración, no obstante las diferencias políticas surgidas entre los grandes dirigentes de la extraordinaria epopeya del pueblo dominicano, Espaillat convertido en el verdadero ideólogo de la pequeña burguesía liberal del país, se dedica a escribir y produce una serie de artículos y ensayos en los cuales fija una posición política objetiva y correcta acerca del desarrollo de las fuerzas productivas de la nación.

En su artículo “A Nuestros Amigos de los Campos“, alienta a los habitantes de la zona rural a trabajar e incorporarse a la vida pública. Otro trabajo discurre sobre la ganadería y requiere la creación de una Escuela Normal, en la cual se preparen jóvenes expertos en ese renglón, tan necesario para el progreso de la nación.

Durante los mandatos de Báez es perseguido y encarcelado y al término de la Guerra de los Seis Años (1868-1874), es puesto en libertad y regresa a Santiago. Desarrolla una importante labor cívica que aumenta el respeto y la admiración por su persona.

Y muere en Santiago el 25 de abril de 1878 rodeado de la admiración y el respeto de todos sus compueblanos y el pueblo dominicano, su ejemplo como patriota, político y maestro llena de orgullo a los/las dominicanos/as.











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